En la III sesión formativa para los candidatos a los Premios EmprendedorXXI contamos con David Cuadrado, psicólogo del trabajo y las organizaciones. Consultor y emprendedor con más de 30 años de experiencia. Ha formado a más de 25.000 directivos y comerciales de 250 empresas diferentes en 9 países de Europa y Latam. Autor de 3 libros. Gemma Beltrán, Directora del segmento DayOne, dio la bienvenida a esta sesión formativa.
En esta charla conducida por Vanessa Palmer, Business Development Manager en CaixaBank Dayone, David nos cuenta por qué es importante la cultura empresarial y cómo ayuda en la transformación de las empresas.
El primer ejemplo que nos da para que entendamos la importancia de la cultura empresarial es una comparación de dos minas de Gales en los años 40. La primera mina tenía a todos los trabajadores organizados con una única tarea asignada, por lo tanto, todos los trabajadores sabían qué se esperaba de ellos.
En la segunda mina, los trabajadores y la estructura no estaban tan organizados, por lo tanto, no sabían qué se esperaba de ellos ya que cada día hacían unas tareas distintas.
Pues bien, tras un estudio, se dieron cuenta de que en el segundo caso la productividad aumentaba muchísimo más. Y aquí es donde vemos que “la cultura se come a la estrategia para desayunar”. Puedes tenerlo todo muy estudiado pero si no cuentas con una cultura de equipo alineada con la estrategia de negocio, puede ser que no consigas los objetivos.
Para explicarnos esto mejor, David nos muestra un esquema en el que nos explica la complejidad de la comunicación cuando lideramos un equipo grande.
Si nos fijamos en este esquema, cuando en el equipo contamos con dos personas, hay una única línea de comunicación. Si somos 5, hay 10 líneas de comunicación y esto aumenta exponencialmente cuando estamos ante empresas con 100-150 empleados. Por lo tanto, hay que tener una cultura muy bien definida para poder trasladarla a toda la organización y así trabajar en una misma dirección.
Una vez llegados a este punto, David nos muestra una serie de números que él considera claves. Para ello nos lanza una reflexión y es que los primates nunca pasan de grupos de 30, ya que a partir de este número se empiezan a generar luchas de poder, aumenta la agresividad, se generan clases y es demasiado difícil controlar el comportamiento de todos. Sin embargo, los humanos sí nos organizamos en números más grandes. ¿Cómo lo hacemos?
El primer número es la familia, las familias muy grandes podrían considerarse un Team of Teams, equipos de equipos. Esta es una estructura en la que nos podemos organizar de una forma intuitiva, dinámica, no demasiado jerárquica, pero que sí nos permite tener claros los roles que juega cada uno.
En cuanto esto lo trasladamos a una empresa, vemos que con 35-40 empleados, la empresa puede mantener el mismo modelo de cultura y relaciones que cuando eran 10-15. Pero esto cambia cuando estamos ante un equipo de 100-150 personas, ya que necesitas una supraestructura que coordine y organice a todas esas personas.
Esa supraestructura es la cultura de empresa, que, en estos casos, deja de ser una voluntariedad para ser una obligación.
El liderazgo es el equilibrio entre el camino a seguir y la tendencia de los equipos a organizarse y decidir su propia cultura. ¿Y cómo lo deciden? Pues bien, David nos comenta que hay muchos modelos pero él siempre sigue el mismo: un código de colores que ayuda a organizar los diferentes tipos de empresas.
- Las empresas rojas se caracterizan por ser impulsivas. Cuentan con mucho poder y establecen una tribu muy cerrada. Son muy rápidas reaccionando ante los problemas del día a día.
- Las empresas azules tienen una cultura mucho más conformista. Hay un modelo que se quiere replicar y siempre tiene que ser el mismo, se ciñen a unas normas.
- Las empresas naranjas están más orientadas al logro, al individualismo, a la meritocracia: tú ganas lo que tú consigues. Son empresas muy competitivas y orientadas a conseguir objetivos.
- Las empresas verdes son más pluralistas. Tienen una visión más de grupo y tienen un propósito muy noble
- Las empresas teal se centran tanto en el desarrollo individual como colectivo. Tienen mucha más autogestión y se centran en propósitos que ellos mismos pueden generar y gestionar.
La conclusión que saca David de esta clasificación es que no hay una cultura que sea mejor que otra, pero sí hay que tener una definida, ya que cuando no lo haces alguien la define por ti.
Tras esta reflexión, Cuadrado cita a una de las figuras que le inspira a la hora de definir la cultura empresarial: Edgar Schein, quien dice que “lo difícil no es aquello que es visible, lo difícil es lo que está por debajo de eso. Cómo trabajas los supuestos básicos, los sistemas de creencias. Cómo integras dentro de tu empresa tu visión de mundo con la visión de mundo de la gente que trabaja contigo. Primero deberíamos poner el foco en los supuestos que tienen a la hora de trabajar y ver si encajan con los supuestos de los fundadores”.
Pero, ¿cómo definimos una buena cultura empresarial y la hacemos llegar a todo el equipo? David nos da los 5 elementos clave para tener una cultura bien definida:
- Diseño organizativo, herramientas y metodologías productivas.
- Estilo de liderazgo y procesos de decisión.
- Atracción, desarrollo, evaluación y fidelización de una nueva clase de talento.
- Sistemas de aprendizaje.
- Sistemas de comunicación tanto internos como externos.
Para terminar, nos muestra un fragmento de “Juego de tronos” en el que nos explican que lo que une a una organización no es el poder, ni el control, ni el dinero, sino las historias. ¿Tienes alguna historia que realmente merezca la pena? No hay nada que una más que una historia.
Finalmente, nos deja con esta reflexión: “La cuestión no está en si voy a tener un tipo de cultura o no en mi organización, la cuestión está en si la vas a liderar tú o si vas a dejar que otra persona la lidere”.